Entrevistadora: ¿Cómo se autodefine usted? ¿Artista, performador o activista político?
David Cerný: Espero poder ser un buen escultor con el tiempo.
En mi opinión, es un provocador. Un escultor provocador, si él lo prefiere. Sus obras no dejan lugar a la indiferencia. Habrá quien las ame y quien las odie, pero dudo que nadie se quede igual después de verlas.
En mi séptima visita a Praga descubrí varias de sus obras. Solo cuatro de ellas. Mi balance fue: tres me gustaron, una no.
Los bebés de Kampa
Hombres orinando sobre un mapa de la República checa
Los bebés de la torre de TV de Zizkov
San Wenceslao con el caballo muerto y colgado del techo, en el pasaje Lucerna.
Ahí os lo dejo. Que cada cual decida qué le parecen. Y cuando visiteis Praga no perdáis la ocasión de verlas en vivo. Evidentemente, la percepción cambia.
Por cierto, ¿cuál fue la que no me gustó?
Aquí os dejo su página web www.davidcerny.cz.
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