domingo, 7 de febrero de 2010

La edad de la indolencia

Lejos del argumento de la novela de Edith Wharton, vengo a hablar de la indolencia que nos rodea. Según la RAE, indolencia es la cualidad de indolente.

Indolente.(Del lat. indŏlens, -entis, insensible).
1. adj. Que no se afecta o conmueve.
2. adj. flojo (‖ perezoso).
3. adj. Insensible, que no siente el dolor.

De la primera acepción diré que, según mi humilde opinión, define la indiferencia que mostramos ante el dolor ajeno, ante los peligros que nos acechan, ante el desastre general.

De la segunda, diré que define una actitud. La actitud que está permitiendo que nos esté ocurriendo lo que nos ocurre. Parece que hemos perdido la capacidad de reacción ante los abusos de los políticos y los desmanes de la banca. Estamos adormecidos, aletargados, ajenos a lo que está perjudicando nuestro desarrollo actual y, desde luego, futuro.
De la tercera no haré uso. Creo que sí sentimos el dolor pero somos incapaces de revolvernos contra quien nos lo produce. Quizás porque muchas veces somos nosotros mismos.
Reaccionemos pues. Salgamos a la calle, digamos que no nos gusta cómo nos estan dirigiendo, digamos basta. El camino hacia el desastre parece inevitable, pero no lo es.
No seamos indolentes.